La historia de Lego inicia en 1932
La historia de Lego inicia en 1932 (imagen:.noticel.com)

Estamos seguros de que muchos emprendedores se podrán relacionar con la historia de Lego, una famosa marca del mundo, no solo por cómo nos divertíamos -algunos siguen haciéndolo- con estas fantásticas piezas de plástico, sino por la tenacidad del creador de esta empresa, que logró superar cierres e incendios.

La historia de Lego inicia en 1932, cuando un carpintero de Billund, Dinamarca, llamado Ole Kirk Christiansen, estaba terminando de cerrar su empresa maderera. La necesidad de mantener a su esposa y a sus cuatro hijos hizo que se lanzara a la aventura de crear algo nuevo: juguetes.

Ole Kirk Christiansen junto a su hijo y nieto
Ole Kirk Christiansen junto a su hijo y nieto (imagen:revistawop.com)

Contaba con la ayuda de sus hijos, especialmente con uno llamado Godtfred. Avanzaban regularmente en ese negocio, pero un incendio casi los deja nocáut: juntos decidieron seguir y con más fuerza.

Para estar en constante innovación en sus juguetes, Ole decidió ir a una feria en Copenhague en la que adquirió una máquina para hacer bloques de plásticos con diferentes diseños. Con esta nueva adquisición iban dejando atrás los juguetes de madera para crear nuevos juguetes de plástico. Es ahí cuando nació el icónico ladrillo.

Viendo el potencial del ladrillo, Ole preguntó a sus empleados y a sus hijos qué pensaban acerca de esto. Todos le recomendaron que siguiera con el negocio de los juguetes de madera a lo que Ole respondió: “No tienen fe ¿lo ven? Si hacemos esto bien, podemos vender estos ladrillo a niños de todo el mundo”, según el portal hispabrickmagazine.com.

Los primeros ladrillos Lego fueron oficialmente lanzados en 1949, originalmente estaban vacios y tenían una ranura en cada extremo, donde se podían acoplar ventanas y puertas. Poco a poco, empezaron a mejorar los modelos, pero el principal problema era la carencia de potencia de encaje.

Para esto, Godtfred conoció a Troels Petersen, gerente de una tienda de juguetes danesa, en un ferri de vuelta de Inglaterra. Durante el viaje, Petersen afirmó que había una carencia de un sistema en el negocio de los juguetes. Esto le dio una idea a Godtfred y creyó que el ladrillo Lego era el adecuado para crear ese sistema.

El concepto de los bloques de plásticos continuó evolucionando hasta que Godtfred tuvo la idea de comercializar kits para construir casas, ciudades, trenes, aviones y aeropuertos, donde la imaginación del niño-o adulto- eran el único límite.

Aunque a la compañía le iba bien, un segundo incendio los golpeó, sin embargo, a pesar de casi haber perdido todo, Godtfred se reinventó y tuvo nuevas fórmulas para el crecimiento de la empresa, como idear un aeropuerto y un parque de diversiones hecho a base de legos.

Hoy en día, el ladrillo Lego es apropiado para todas las edades y ayuda a desarrollar habilidades imaginativas, de una manera divertida, sistemática y lógica. El inusual nombre de esta compañía proviene de “leg godt”, que en danés significa “juega bien” y en latín significa “Yo uno”, pero esto último no lo sabía Ole cuando eligió el nombre para su empresa.

 

 

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